En Suiza Halloween también se celebra el 31 de octubre, pero no es tan popular como en los EE.UU, es una fiesta donde en algunos barrios los niños se visten como brujas, fantasmas y monstruos y tallan caras macabras en calabazas para pedir dulces de puerta en puerta.
Los niños también tienen la oportunidad de asistir a las fiestas de Halloween que organizan los famosos Centros socioculturales, que son espacios de encuentro en los barrios de Suiza, donde la población comparte actividades sociales
Por su parte, los adultos compran todo tipo de trajes, donde se pone en juego la imaginación, pero casi siempre terminan utilizando un traje made in USA o China y se van de discotecas y bares, decorados para la ocasión, a injerir cantidades de alcohol y tomarse los famosos “selfies” para publicar en sus perfiles en las redes sociales.
Cabe anotar que las discotecas y bares de noche se transforman en los destinos predilectos a las que hay que asistir disfrazado. Esto es un gran atractivo para los estudiantes, quienes acuden hasta altas horas de la madrugada.
En las zonas rurales, los niños y adultos también se disfrazan, pero allí lo llamativo son las linternas de calabazas. De acuerdo con los historiadores, el uso de linternas de calabaza se deriva de una antigua creencia en Suiza que las fuerzas de la naturaleza se retiran de la tierra cuando llega el invierno. Entonces, para atraer a estas fuerzas del bien se cree que con las calabazas encendidas se atraen esa energía en los meses de invierno.
Para los suizos está claro que Halloween es una celebración estadounidense, y esta fiesta foránea al pueblo suizo, ha llegado a ser popular a partir de 1999, pero no se vive con pasión extrema como en los Estado Unidos.
Sin embargo, en los últimos años se nota una decadencia de la fiesta de Halloween en Suiza, el motivo principal, puede ser a los problemas con la identificación de un producto importado y a la comercializado que promueve cada vez mas el individualismo, otro motivo, puede ser que en Suiza ya tienen una “sobrecarga de festivales” lo que lleva a la población a buscar propuestas más originales y con un toque de elemento tradicional.
De todos modos, en las principales ciudades se vive el entusiasmo de Halloween y comercialmente, las granjas venden sus calabazas de todos tamaños, y los restaurantes ofrecen sus platillos basados en las mencionadas calabazas, las tiendas están abarrotados de disfraces y decoraciones para el hogar, mientras a un lado y con exagerada discreción, ya se exhiben las decoraciones de Navidad.
Colombia Fiesta de Disfraces
En Colombia Halloween, se celebra ampliamente al estilo de los Estados Unidos. Los niños se disfrazan y visitan a sus vecinos gritando “triqui triqui halloween, quiero dulces para mi, si no hay dulces para mi, se le crece la nariz!” No hay precedente cultural propio a Colombia, para la celebración de estas noches de brujas. Estas festividades son el resultado de la influencia de la cultura estadounidense e intereses comerciales.
En Suiza, colombianos y colombianas, celebran el Halloween como casi todos los extranjeros, van a bares y discotecas latinas, con disfraces del momento, que no son siempre de muerte o de terror, mientras sus hijos participan de las fiestas que programan los centros comerciales y centros socioculturales de los barrios.
Algunos colombianos en Suiza intentan sobrepasar el valor comercial de Halloween, donde los disfraces de terror y el dinero están vinculados a esta celebración. La idea es cambiar el nombre de Halloween por el de “Fiesta de Disfraces”, y que la noche del 31 de octubre sea un pretexto para reunirse en una fiesta intergeneracional, donde el elemento cultural colombiano se exprese a través de la gastronomía, los trajes, la música y la solidaridad.
Por: Jorge Charry